Conclusión
Microsoft se enfrenta al reto de mejorar la seguridad y, al mismo tiempo, mantener la compatibilidad con el software heredado. Por un lado, restringir el acceso a los archivos del sistema puede mejorar la seguridad y evitar abusos. Sin embargo, por otro lado, este movimiento podría generar problemas de compatibilidad con aplicaciones más antiguas que todavía son utilizadas por muchas empresas y profesionales de TI.
Mientras las grandes empresas sigan confiando en los programas heredados, Microsoft no puede realizar cambios importantes en la arquitectura de Windows sin interrumpir las operaciones comerciales que dependen del software.
Puede que Windows 11 no sea el sistema operativo más actualizado, pero sigue siendo la mejor opción para las empresas que necesitan flexibilidad, compatibilidad y soporte para tecnologías más antiguas. Microsoft trabaja constantemente para encontrar un equilibrio entre innovación y estabilidad, asegurando que los usuarios puedan ejecutar aplicaciones heredadas mientras mejora gradualmente la seguridad del sistema.